viernes, 18 de marzo de 2016

Homeopatìa... Ataque sistemàtico?

En los últimos meses estamos asistiendo a una serie de ataques sistemáticos contra la homeopatía.

La mayoría de ellos provenien de personas que se autodenominan escépticos y racionalistas, pero en quienes se aprecia un total desconocimiento de esta medicina. Éstos no nos preocupan, al fin y al cabo, cada uno es libre de pensar y expresar aquello que desee, y cuando una opinión no se basa en el conocimiento de lo que está criticando, es sencillamente eso, una opinión personal sin más importancia.

En una visión simple y autocomplaciente diríamos aquello de “ladran, luego cabalgamos“, es decir, cuanto más protestan es porque más se expande y más aceptada es, día a día, la homeopatía.

Pero cuando se aprecia una ofensiva antihomeopática orquestada desde webs creadas sólo con ese motivo, eventos internacionales anti homeopáticos como el 10.23, apariciones en programas de radio y publicaciones coordinadas en distintos medios de comunicación, uno se pregunta:

– ¿Qué es lo que está ocurriendo?

– ¿Quién puede tener intereses – económicos, cómo siempre, por desgracia, en nuestra sociedad- en contra de la homeopatía?

Así pues, intentando profundizar más en este fenómeno de ataque deliberado contra esta terapia, cojamos 3 premisas básicas y saquemos conclusiones:

–         La homeopatía es una terapia con más de 200 años de antigüedad, cuyos medicamentos se venden en farmacias, practicada por cientos de miles de médicos en el mundo, que ha curado y cura a millones de personas en nuestro planeta, cuyas enseñanzas se dan, cada vez más en Universidades de Medicina que se aplica en cientos de hospitales, especialmente en el ámbito pediátrico y que consigue un índice de satisfacción en sus pacientes cercano al 80%.

–         Su origen natural, sus bajas diluciones y sus nulos efectos secundarios, así como la eficacia a la hora de acabar definitivamente con muchas de las afecciones más comunes que nos llevan de forma repetitiva a la consulta del médico y a la farmacia, la convierten en una medicina extremadamente barata y en una auténtica alternativa al descomunal gasto e ingesta descontrolada de fármacos al que nuestro actual sistema sanitario y farmacéutico nos tiene acostumbrados, especialmente en afecciones y enfermedades comunes (analgésicos, antiinflamatorios, antibióticos, corticoides, etc., etc.)

–         Por último, resulta que el gasto farmacéutico homeopático supone un 3% del gasto total en nuestras farmacias, un 7% en relación a los medicamentos que en ellas se venden.

¿Y a qué conclusión nos llevan estas tres premisas?

Pues que la enorme y poderosa industria farmacéutica sería, sin duda, la más perjudicada por la aceptación y expansión de la homeopatía, de darse ésta con la misma progresión y avance con el que está desarrollandose en la actualidad.

Para finalizar queremos reproduciros un extracto del comentario que Espartax -pseudónimo de un defensor de la homeopatía- publicó en una web con motivo del reciente suicidio homeopático y que resulta ciertamente revelador:

“No entiendo esta persecución contra la homeopatía y contra los que nos tratamos con ella en una sociedad que se califica a sí misma como democrática, tolerante, avanzada, respetuosa, etc., etc…

Resulta que en España nos … lanzamos a una sectaria persecución bíblica contra una parte de la población que desea NO INTOXICARSE con muchas de las medicinas convencionales con las que se forran TODAS las multinacionales implicadas en fidelizar los gobiernos occidentales a sus intereses y en mediatizar los sistemas de enseñanza médica a través del “mecenazgo” de las universidades.

A mí esto me huele a campaña orquestada y financiada de forma indirecta por dichas multinacionales que, al igual que ocurriera con las famosas vacunas contra la gripe A, intentan mantener sus mercados y la fidelidad de los gobiernos y ciudadanos para que su cuenta de resultados y beneficios sigan creciendo a costa de lo que sea.

Quizás la concienciación de la sociedad hacia lo natural, producida por la apabullante campaña sobre el cambio climático, está provocando un cambio en las costumbres de la gente que gira hacia la homeopatía en detrimento de la medicina convencional y produce una inesperada e incluso peligrosa competencia para las estructuras industriales, comerciales y de investigación médica y farmacológica.

Esto ha llevado a las multinacionales a criminalizar la homeopatía mediante el apoyo a grupos de presión como pueden ser “10:23, Ni cura ni nada” llamados a sí mismo “escépticos”, pero nucleados en torno a sociedades como la Sociedad de Escépticos de Merseyside (Reino Unido) que guarda algún tipo de relación con el “consorcio independiente Sense about science”.

Este consorcio está dedicado a “…la promoción de la buena ciencia y la evidencia en los debates públicos… para promover el respeto de las pruebas, exhortando a los científicos a colaborar activamente con una amplia gama de grupos, en particular cuando los debates son polémicos o difíciles”.

Dicho consorcio en 2010 fue financiado, entre otros, por:

–          Association for Clinical Biochemistry,

–          The Biochemical Society,

–          British Toxicology Society,

–          British Pharmacological Society,

–          Institute of Biomedical Science,

–          Institute of Food Research,

–           Institute of Physics and Engineering in Medicine,

–          Medical Research Council

–          Physiological Society Research Information Network,

–          Royal Academy of Engineering,

–          Royal Agricultural Society of England,

–          Royal College of Pathologists,

–          Society for Applied Microbiology,

–          Society for General Microbiology,

(ver en:http://www.senseaboutscience.org.uk/index.php/site/other/130/) .

Como se puede apreciar por la cantidad y potencia económica e institucional de las entidades que soportan este consorcio “pro ciencia”, no tienen nada que ver con la modestia de la humilde “industria” homeopática.

Para ser escépticos de verdad quizá habría que empezar por cuestionarse el uso extendido, permitido y normalizado de sustancias no homeopáticas pero integradas en la práctica médica habitual, cuyos fabricantes reconocen explícitamente su toxicidad y riesgos para la salud, algo imposible de achacar a la perseguida homeopatía.”

Quizás te interesa conocer la web del periodista Miguel Jara y en concreto su artículo La crisis de la industria farmacéutica

Quizás te interesa Homeopatía y sus detractors.




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https://www.facebook.com/BiosaludyBienestar/posts/1385262534833026
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